Debemos concientizarnos sobre la importancia de protegerse de la exposición solar y cuidar la piel del daño producido por los rayos UV. La exposición a la luz solar genera un daño acumulativo en la piel, siendo el bronceado la respuesta a una agresión solar. Las radiaciones ultravioletas que provienen de los rayos solares son el principal factor que influye en el desarrollo del cáncer de piel.
Es importante el autoexamen de la piel, frente a toda herida que no cura, mancha o lunar nuevo o que cambió, y realizar la consulta con el dermatólogo. Toda lesión sospechosa se debe biopsiar.
Nosotros aconsejamos, disfrutar de las actividades al aire libre, pero protegidos.
¿Cuáles son las medidas de fotoprotección adecuadas?
Evitar exponerse al sol entre las 10 y las 16hs ya que la radiación solar es más intensa.
Siempre que sea posible buscar sitios con sombra. Los lugares sombreados ayudan a evitar o limitar la exposición solar.
Usar ropa de preferencia colores oscuros, sombreros de ala ancha o el llamado legionario, que cubra cara, orejas y nuca. Usar sombrillas. Son ideales las sombrillas de telas compactas, las enramadas, árboles o techos.
Usa pantalla solar mayor o igual a FPS 30. Es importante colocarla en cantidad adecuada sobre la piel seca, media hora antes de exponerse al sol y reaplicarla cada 2 o 3 horas o luego de cada baño.
La pantalla solar disminuye la intensidad de la radiación UV pero no la bloquea. No es sinónimo de protección solar al 100%.
También ayuda a cuidarte del sol consumir abundante agua y jugos de frutas a lo largo del día.
A tener en cuenta:
Los días nublados, frescos y ventosos también hay que protegerse. Como el calor disminuye, hay una falsa sensación de protección pero la radiación ultravioleta (UV), que no se ve ni se siente, traspasa las nubes e igual produce daño. La radiación UV también traspasa el agua.
Es necesario protegerse del sol durante todo el año.
Conocer la piel es el comienzo para identificar cambios que de ocurrir necesitan una consulta, presta atención a los lunares que pueden ser sospechosos:
. Asimetría: una mitad y otra son diferentes.
. Bordes: irregulares o borrosos.
. Colores diferentes al mismo tiempo: negro, marrón, blanco, rojo.
. Diámetro: mayor a 5mm.
. Evolución: cambios en el tamaño, color, forma. Puede sangrar o picar.
Puede parecer un simple lunar y pasar desapercibido, por eso: si ves en la piel un lunar con cualquiera de estas características es necesario hacer una consulta con especialista en dermatología.
Cuida tu piel, es única. Protegerse del sol es la mejor opción.